23 de septiembre de 2008

Demasiadas voces

El momento en el que la mente
se encuentra consigo misma
es un camino sin vuelta atrás.

Cuando eso ocurre,
es tanta la admiración que se procesa,
que le cuesta volver a prestar atención
a temas que a su lado pasan a ser banales.

Es una atracción mutua,
puesto que son el mismo ente.

No hay decepciones,
siendo su capacidad inmensa.

Si se cae, se levanta,
y se cura mientras camina.

No hay tiempo para derrotas
cuando es uno quien compite contra uno mismo.
......

Pero...¡Ay de que un ser externo interrumpa su juego!


La atención pasa a ser compartida.
Y la mente se pone celosa.

Es entonces cuando,
para vengarse de sí misma,
hace que sus pensamientos racionales
se vean distorsionados por razones emocionales.
......

Mal intercambio de sensaciones.

Difícil control sobre las mismas.
Extraño estado contrariado de pensamientos.
Momentos duros para evitar preocupaciones.