Tú sabrás si lo que tienes, es lo que deseas tener.
Si tu lucha vale la pena.
Si te compensa perder lo que pierdes, por ganar lo que ahora crees que tienes, pero que se convertirá en nada en cuanto despiertes y veas que tu pelea no tiene fundamento alguno sobre el que sostenerse.
No eres imprescindible. No eres un eslabón único en la cadena. Estás avisado. Mañana puedes estar perfectamente fuera. Y entonces será cuando te des cuenta, de que la vida ha seguido girando sin que tú dieses vueltas con ella.
Te quedaste anclado en un pasado y en un andén, lejos de la realidad que te rodeaba. Los tuyos ya dejaron de serlo hace tiempo. Tus hermanos pasaron a ser meros conocidos, sombras de un amor que te tuvieron, pero que tú mismo hiciste que se fuese poco a poco desgastando.
Sí. Duele. Pero deberás aceptarlo.
Nadie te obligó a elegir el camino por el que decidiste andar.
Y aunque ahora es cuando ves que no tienes salida, que tus pasos no eran sólidos, que caminabas sobre arena mojada, ahora es cuando notas que estabas equivocado.
Y siento decirte que ya no hay vuelta atrás amigo, ya no.