Entre tu cuerpo y el mío

Sin amor bajo las sábanas;
con restos de carmín de labios corrido.

Suspiros.
Gritos.
Sollozos.
Jadeos.

Corazones vacíos bajo pasiones desatadas
en momentos de deseos carnales incontrolables.

Libre expresión de sentimientos.
Llamas de fuego sobre la piel desnuda.

...

Son cuerpos entregados al juego de la seducción,
inmortalizado en unos zapatos de tacón alto
y en ropa interior salvajemente arrebatada.

Demasiadas voces

El momento en el que la mente

se encuentra consigo misma
es un camino sin vuelta atrás.

Cuando eso ocurre,
es tanta la admiración que se procesa,
que le cuesta volver a prestar atención
a temas que a su lado pasan a ser banales.

Es una atracción mutua,
puesto que son el mismo ente.

No hay decepciones,
siendo su capacidad inmensa.

Si se cae, se levanta,
y se cura mientras camina.

No hay tiempo para derrotas
cuando es uno quien compite contra uno mismo.
......

Pero...¡Ay de que un ser externo interrumpa su juego!

La atención pasa a ser compartida.
Y la mente se pone celosa.

Es entonces cuando,
para vengarse de sí misma,
hace que sus pensamientos racionales
se vean distorsionados por razones emocionales.
......

Mal intercambio de sensaciones.
Difícil control sobre las mismas.
Extraño estado contrariado de pensamientos.
Momentos duros para evitar preocupaciones.

Entre la vida y la no vida

Cuando la mente se apasiona
y el corazón no razona,
una lucha se desata
entre dos bandos armados.
...

Y temo que el amor,
ya abatido,
haya sido vencido
por mi cabeza descarrilada.

Sin confianza y sin sentido
ando por este mundo perdido
lleno de resentimiento y dolor.

Maldito el día que entregué mi alma
a quienes con ella han jugado
destrozándola sin piedad.

Más...
bendita fuerza la de mi sino.

Pues nunca muerto quedó mi espíritu
que vaga en busca de refugio
bajo el negro manto
de la mentira tenue
que cubre la vida
por la que,
a gatas,
camino.