1 de julio de 2008

Hay que regar la flor de vez en cuando...


Porque confundes el aprecio con el querer,
el buen trato con el cariño,
la relación simpática con la amistad verdadera.

Y cuidas más esos detalles que tienes con ellos,
personas que no volverás a ver en la vida.
Y no tienes en cuenta que yo estoy al lado observando,
con ganas de ese beso y de ese abrazo...
que nunca me has dado
por creer que ya era tu amiga.


Y lo soy, y mi sentimiento hacía ti es sincero.
Entiendo que cuando más confianza
a veces más cuestan esas cosas.
Menos cuidas lo que supuestamente ya tienes.
Y dedicas menos tiempo
a aquellos que valen realmente la pena.

Lo malo es cuando ya uno explota.
Cuando tanta herida comienza a sangrar.
Cuando los pequeños momentos se van juntando;
y comienzas a extrañar esa demostración de afecto
que aunque en el aire existe,
no se encuentra en forma,
en concepto, ni en realidad percibida.