14 de marzo de 2007

Cuando el Silencio me Grita


Una y otra vez.
Las palabras retumbaban en mi mente.
Como si fuesen pelotas de tenis entre cuatro paredes.

¿Por qué me estaba afectando tanto?
¿Era tan importante todo aquello?
¿Valía la pena realmente preocuparse de esa manera?

Pero lo recordaba. Y no lo olvidaba.
Y seguía una y otra vez repitiéndome lo mismo.
Como si no tuviese otra cosa que hacer
ni nada en que pensar esa mañana.

De vez en cuando parecía que se hacía el silencio.
Pero ahí estaban de nuevo sus palabras
para quedar eternamente fijadas en mi memoria.

Poca cosa más podía yo hacer que aceptar tal martirio.
Sólo esperar a que el tiempo
les abriese una ventana por la que poder escapar.